MEMORIA
Durante estos últimos años hemos asistido al silencioso desarrollo a escala global de una revolución industrial que ha generado un gran impacto en todas las áreas de nuestras vidas tanto a escala personal como también en la escala de nuestra sociedad, debido fundamentalmente a que ha generado un cambio significativo en la forma como interactuamos y nos relacionamos, y por tanto, ha producido también un impacto significativo en nuestras ciudades. A diferencia de las anteriores revoluciones industriales esta revolución no está sucediendo en el mundo físico de la producción de materias o productos, esta nueva revolución se está desarrollando en el mundo de la información. Esta cuarta revolución industrial, también denominada revolución digital ha involucrado la fusión de múltiples tecnologías, sin embargo el elemento esencial que ha permitido integrar todas estas tecnologías ha sido la creación y el perfeccionamiento de un modelo económico basado en la atención que como usuarios entregamos a nuestros dispositivos digitales.
Podemos establecer el surgimiento de las bases de esta nueva economía de la atención en el año 2004 y su consolidación en el año 2016 por la empresa Google. Bajo este nuevo paradigma todos los usuarios de la red estamos permanentemente sometidos a una sobrecarga de información que nos mantiene persistentemente en linea y la atención que le entregamos a nuestros dispositivos digitales es continuamente registrada e indexada para ser entregada como un insumo a las grandes empresas para que ellas a su vez nos ofrezcan sus productos para nuestro consumo. Es así como nuestro tiempo y nuestra atención es monetizada bajo este nuevo modelo económico. Hoy en día el tiempo que un usuario promedio entrega tan sólo a los Social Media es de aproximadamente dos horas y media por día, lo cual equivale a permanecer inmerso en internet durante un día completo de vigilia por cada semana, lo cual nos da cuenta del éxito de este nuevo modelo en el que nos encontramos ahora.
Nuestra incorporación a este nuevo mundo virtual ha generado como efecto directo el paulatino abandono de nuestras ciudades como espacio de encuentro y de interacción como ciudadanos, ya que hoy en día hemos privilegiado los medios digitales para interactuar y para comunicarnos, y la crisis sanitaria que hemos vivido estos últimos años sólo ha acelerado aún mas todo este proceso de cambio. Nuestras ciudades han ido dejando de ser un espacio de encuentro y la arquitectura ahora ha pasado a ser sólo un contenedor de múltiples actividades cambiantes en el tiempo, hemos pasado de habitar espacios físicos a ser los habitantes de un nuevo mundo virtual. Tal cual expresara Baudrillard, es ahora el territorio el que ha acabado desgarrado y esparcido por los desiertos de lo real, y nosotros como ciudadanos digitalesnos encontramos inmersos en esta nueva realidad. Como ya hemos expresado uno de los elementos esenciales en todo este proceso de transformación es el concepto de identidad y de como podemos ir construyendo y generando un sentimiento de pertenencia en este nuevo entorno virtual.
Es en el sentido de la construcción de identidad que cobra especial relevancia el poder de lo visual para generar un registro persistente en el tiempo que nos permita mantener un sentido de identidad y de pertenencia, y para ello la fotografía ha constituido para mi una herramienta fundamental, esta ha sido también una de las motivaciones que me ha llevado a incorporar el trabajo fotográfico como una parte importante de esta página web y de mi hacer como arquitecto. Ciertamente los alcances de la fotografía son muchos, más aún en nuestra actual postmodernidad, que se encuentra organizada principalmente en función al juego de las imágenes y de los símbolos a diferencia de las sociedades modernas que se encontraban organizadas en torno a los sistemas de producción y consumo de productos básicos. Independiente de las múltiples connotaciones asociadas al carácter visual de la fotografía y de su sustancial aporte al desarrollo del lenguaje de la imagen, la cualidad esencial de la fotografía de poder contribuir a generar un registro puramente visual que nos permita generar y construir un sentimiento de identidad es lo que aqui ha resultado esencial, más aún en los tiempos que estamos viviendo ahora como sociedad.