ENTROPIA URBANA
Ciertamente nos encontramos como sociedad en un profundo proceso de transformación, y aquellos cambios que hace unas décadas eran imperceptibles ahora se manifiestan claramente ante nuestra mirada, tal como expresáramos anteriormente ya en la reunión anual del Foro Económico Mundial del año 2018 se daba cuenta de un mundo fracturado. Las sucesivas revoluciones industriales que hemos vivido en nuestra sociedad han generado y continúan generando un impacto sustantivo en nuestra forma de vida y en la forma como nos hemos organizado como sociedad hasta ahora en nuestras ciudades. Ahora bien, ¿cuales han sido los efectos concretos de estas transformaciones sociales en nuestras ciudades?
De alguna forma las palabras pronunciadas por Margaret Tatcher en 1987 anticipaban el fenómeno que se haría visible mas adelante: “There is no society”; la sociedad no existe, estas palabras ya daban cuenta de la fractura social producida por las transformaciones en el proceso de industrialización a escala global, y con ello también hacían evidente que las promesas de la modernidad estaban lejos de hacerse realidad. Desde un punto de vista urbano, lo que se ha ido configurando con total nitidez en nuestras ciudades es el surgimiento y consolidación de polos urbanos integrados a la red global que concentran todo el dinamismo del desarrollo económico en desmedro de vastas zonas periféricas que se han mantenido excluidas y al margen del desarrollo en una relación de clara asimetría con sus centros urbanos, de forma tal que el análisis tradicional que opone el mundo rural al mundo urbano ya no es aplicable y lo que ahora se presenta es una nueva geografía urbana que opone zonas urbanas globalizadas en proceso de gentrificación [1] contra todos los demás territorios que se encuentran excluidos del desarrollo: el mundo de las periferias. Este fenómeno sociocultural derivado del proceso de globalización y su impacto en las zonas urbanas se ha visto incrementado debido a los procesos de inmigración y la aparición de las sociedades multiculturales, generando una “fractura social”, concepto planteado por el filósofo Marcel Gauchet [2] que ha llevado a la bunkerización de los grupos sociales integrados a la globalización y a la precarización y la perdida de seguridad en las periferias.
El proceso de estudio y de cuestionamiento de las promesas no cumplidas de la modernidad ya había sido realizado años antes por varios autores, entre otros podemos mencionar al filósofo y sociólogo Jean-François Lyotard [3] que en “La Condición Postmoderna” de 1979 plantea la muerte de todos los grandes metarrelatos de la modernidad: la emancipación de la ignorancia y de la pobreza gracias al desarrollo de la razón, la ciencia y el desarrollo tecnoindustial, esto es, todos los ideales de la razón ilustrada, junto con Lyotard podemos mencionar también el gran aporte del postestructuralismo de la mano de Jean Baudrillard, Gilles Deleuze y Jacques Derrida entre otros, que han permitido generar un cuerpo conceptual que trasciende las pretensiones universalistas del proyecto moderno. Referente al modernismo en la arquitectura, específicamente en el ámbito de su propuesta urbana es claro que lejos de haber constituido un aporte, ha sido objeto de crítica y no ha permitido resolver las problemáticas propias del desarrollo urbano y todo lo contrario las ha profundizado, en gran medida por carecer de un cuerpo teórico que permita interpretar adecuadamente las dinámicas sociales propias de la ciudad. La falta de visión del proyecto moderno se hace evidente en su obsesión con el desarrollo de las tipologías de obras en altura al punto de constituir su propuesta icónica por excelencia, la que sin embargo se ha constituido paradójicamente en el elemento catalizador de los procesos de gentrificación [1] de entropía y degradación del espacio y de la silueta urbana presentes en nuestras ciudades.
Para la arquitectura aún persiste el desafío de contribuir al desarrollo de espacios donde sea posible generar un habitar acorde a los verdaderos requerimientos de nuestra sociedad actual, la tarea es ciertamente de gran complejidad dada la crisis en la que nos encontramos en estos momentos, sin embargo justamente es el aporte de la postmodernidad [4] la voluntad de situarse en esta complejidad sin pretender realizar una superación crítica como lo haría el pensamiento moderno, sino que avanzar a través de la toma de conciencia de las múltiples perspectivas y de la renuncia a la idea de una sola verdad universal.
Notas
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Gentrificación
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Marcel_Gauchet